Cuba tiene el capital humano, pero debemos armarnos de las herramientas más modernas y adecuarlas a los entrenamientos que deben hacer nuestros peloteros y deportistas todos, muy abreviadamente, así lo entendí de la reflexión del compañero Fidel publicada en la web Cubadebate el pasado 19 de marzo, y comparto ese criterio.
Avalo también su pensamiento lógico de que los organizadores del Clásico 2009 tiraron al mismo ruedo a los tres gladiadores de más posibilidades de victorias para que se devoraran entre sí, y hacerle el camino expedito al dream team de Estados Unidos, que igualmente resultó humillado por los del sol naciente.
Las causas de la gran brecha evidenciada entre el béisbol cubano y el asiático son conocidas y me tranquiliza que el compañero Fidel se haya dado cuenta de ellas y orientado un contundente análisis a la mayor celeridad.
¨ Un aterrizaje en La Habana sin reeditar o haber superado la anterior épica hazaña de nuestra selección mayor en el I Clásico Mundial – el subcampeonato- , será difícil para cualquier piloto, en las peores condiciones meteorológicas ¨, expresé en esta página el pasado 30 de diciembre y lamentablemente así acaba de ocurrir.
Nos dimos cuenta, después de la derrota, que no se le entregó las riendas del seleccionado nacional a la persona debida y que quienes rigen los destinos del béisbol no actuaron con sentido común entre el pasado verano y los inicios de la actual primavera.
También recuerdo con bochorno la ingenuidad con que actuaron hace casi un año las autoridades del béisbol en Cuba, cuando metieron a nuestro equipo gratuitamente en una ¨cueva de dragones¨, llamada Corea del Sur, donde nos espiaron sin misericordia e hicieron con nuestra preselección incontables estudios gráficos de las debilidades y fortalezas.
Tampoco dudo que en Seúl nos hayan ¨escaneado¨ las reuniones técnicas y conversaciones entre los atletas o directivos.
Nos la aplicaron todas antes, así se dice en puro cubano. ¡Qué infantiles nuestros dirigentes de béisbol! No fueron capaces de darse cuenta que cuando la limosna es grande, hasta los santos se asustan, lo barato sale caro, decía mi abuela.
Cuando escribí el comentario de fines del pasado año, no se había designado el manager del equipo Cuba al evento más importante en 2009 para el deporte pasión de los cubanos.
No importa ahora citar los argumentos utilizados por mí para exponer libremente aquí el nombre de mi favorito.
Pero conforme a lo que auguré y suponían todos, resultó embrollado para el piloto seleccionado tocar tierra en el principal aeropuerto habanero: ¨Debo señalar que la dirección del equipo en San Diego fue pésima¨, fue otra de las valoraciones del líder cubano Fidel Castro Ruz.
Le apoyo igualmente en ese juicio que puede servir de último clavo en el ataúd de Higinio Vélez, como mentor de selecciones nacionales de pelota en Cuba.
Dicen desde el siglo antepasado que los de esta tierra roja e indómita nos quedamos cortos o nos pasamos, pienso que es verdad.
En Beijing el timonel seleccionado para conducir a nuestra nave insignia, fue un brillante expelotero, pero como manager demostró estar huérfano de la imaginación que le da a la pelota cubana la gracia universal por la que es elogiada y respetada. Ahí nos quedamos cortos.
Por tal desacierto, llegamos a los últimos juegos estivales sin alineación, lo dije el 8 de julio de 2008 en mi página personal benitojm.blogspot.com.
Para el II Clásico quienes deciden al más alto nivel sobre béisbol en la isla entregaron la escuadra a un manager con crédito, pero con filosofía de juego caduca. En este caso, nos pasamos.
El doble tropezón con Japón puso a cielo abierto carencias y lagunas aún existentes en la política nacional de la pelota, joya y pasión deportiva para once millones de cubanos y cubanas, quienes le entregan en competencias locales e internacionales, cualquier parte de su tiempo para divertirse relajadamente.
Debemos buscar personas que además de probado y elevado comprometimiento con nuestro proceso revolucionario, sean verdaderos líderes: creativos, pragmáticos, capaces y experimentados, no existe otra opción para retomar el verdadero sitio que corresponde a nuestro saludable e íntegro béisbol a escala mundial.
Varias ciudades del llamado viejo continente serán sede en septiembre próximo de la Copa del mundo de pelota, la primera respuesta de los responsables en Cuba del béisbol a Fidel y al pueblo deberá ser allí.
Por tanto, nuestros peloteros mambises están llamados ahora a alistar sus machetes para una irremisible carga contra los samurais en escenarios europeos.
A las duras lecciones de las asignaturas pendientes, deberemos emprender acciones más efectivas, a partir del aprovechamiento óptimo del capital humano existente en el país, y no autoflagelarnos pensando de que en los últimos ocho meses solo nos han vencido Japón y Corea, los finalistas del II Clásico.
Así podríamos inclinar a favor el espacio que nos separa de nuestros flemáticos, sonrientes y disciplinados verdugos en las más recientes e importantes competiciones internacionales.
Al igual que el líder cubano, tampoco dudo del patriotismo de la inmensa mayoría de nuestros atletas, su orgullo por la patria evidenciado en el honor y valentía con que defienden su bandera y la confianza deposita en ellos por su pueblo. ¡Con que orgullo regresaron y fueron recibidos en sus barrios!
Estas son algunas de las coincidencias en béisbol con el compañero Fidel.
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