12.09.2008

Originales, una profecía cumplida

Por: Benito Joaquín Milanés
La Orquesta Original de Manzanillo navega hacia su medio siglo de creada guiada por la gracia de su timbre musical, iluminada por la magnificencia de una luna inmortalizada por Benny Moré y de la mano renovadora de su empírico e inefable director, Wilfredo ¨Pachy¨ Naranjo Verdecia.
Nueve lustros de creada cumplirá en breve esa agrupación delirio de los fanáticos admiradores de su terruño, y de amplia simpatía entre el público del oriente cubano, de otras regiones del país y allende de los mares.
Tres períodos y varios nombres – es obligado mencionarlos- han sido claves en la formación de esa institución cultural surgida en una escuela manzanillera de segunda enseñanza que dirigía un virtuoso hacedor de nuevas generaciones.
Tuvo a su favor también ser educada durante gran parte de su aún joven existencia, por los sentidos nada bondadosos de pedagogos ortodoxos.
Wilbia Verdecia y Wilfredo Naranjo Gautier, padres de ¨Pachy¨ Naranjo, maestra y actriz, e investigador histórico y profesor de inglés, respectivamente, tuvieron la sapiencia de transformar a adolescentes jóvenes estudiantes y trabajadores provenientes de diferentes estratos sociales manzanilleros, en una familia regida por muy sólidos principios éticos y morales.
Además de facilitarle las condiciones materiales y apoyarles en todo sentido en la consecución de objetivos colectivos, supieron dar tratamiento personalizado a cada integrante, apagándoles de sus pupilas encandilamientos fatuos, regañando o aconsejando en privado severa y dulcemente, al transgresor en el momento oportuno.
Esos patriarcas tampoco permitieron bajo ningún concepto, siempre persuadiendo, la incorporación de canciones o estribillos con letras banales ni superfluas en el repertorio de la agrupación músical.
En los momentos difíciles de los inicios, otras figuras fueron igualmente claves: Rafael Lay Apesteguía, y José ¨Chiqui¨ Pérez Varona.
El excelso director de la Aragón convenció al matrimonio Naranjo - Verdecia, para que permitieran que su retoño varón fuese músico, y al orondo e injustamente desahuciado extimbalero manzanillero, le fue confiado en cuerpo y alma el niño ¨Pachy¨, de apenas 14 años de edad.
Tales manos fueron imprescindibles para la Orquesta Original, que luego y para dar respuesta a preguntas de los bailadores adoptó su actual apellido, …de Manzanillo
El esfuerzo de las personas citadas, entre muchas otras, hizo que el árbol no naciera torcido, fuera apegado al nutriente de su tierra natal y diera los frutos esperados: una agrupación musical con severas normas éticas de comportamiento e integridad, sonido propio, querida ardientemente por sus paisanos, bendecida por la crítica desde sus inicios y con simpatía popular más allá de los límites de su localidad.
Sones, boleros, guarachas, pregones autóctonos, poupurrit de música cubana, guaguancó y versiones de temas populares: El equipo oriental, La pelotita, En Cuba el son no se ha muerto, Más Nadie que el son, Camaronero, Un guaguancó para hoy, Zarzamora y muchos más, marcaron la primera etapa de la OM.
En ese período se perfiló su actual y diáfano timbre musical que fusiona elementos de la cultura originaria del son, el órgano oriental y de la melcocha manzanillera.
También fueron explotadas, principalmente, las capacidades de sus sobresalientes voces, Manolo del Valle, Pedrito Rivero y Rogelio ¨Nono¨ Mendoza, un coro de envidia para cualquier agrupación de la época, al nivel del empaste de ¨Felo¨ Bacallao, el chino Olmos y Lay.
En el segundo momento 1983 -1993, a mi juicio, el más importante de sus nueve lustros, ocurrió el espectacular desborde nacional e internacional de la Original de Manzanillo.
A inicios de la penúltima década del siglo pasado ¨Pachy¨ hacia magia con su lápiz al tener solo dos cantantes en su Orquesta. Manolo del Valle, el líder y principal compositor, había decidido probar suerte como solista y seducía a Cuba con boleros que se convirtieron en himnos, al extremo de hacer trizas para cualquier época pasada, las marcas de venta de discos en la ínsula.
Ocurrió entonces un aparecimiento llegado a la llanura del Cauto desde el lomerío nororiental; al cuartel general de la OM llegó un negrito desconocido, ronco, casi inaudible y desafinado sonero, por demás autodidacta, Candido Fabré Fabré.
¨Pachy¨ lo había escuchado en las inmediaciones de la indómita Santiago de Cuba y lo convocó a una audición; muchos habían pensado que era un cumplido del joven director, aquel muchacho nunca podría suplir la voz de Manolo del Valle.
Llegado el momento el rector y pianista se sentó, acarició el teclado del viejo piano comprado a unos primos, puso algunas notas y el recién llegado comenzó ¨a decir cosas¨ con una naturalidad espantosa, me recordó a Richard Egüez con la flauta ¡Incapaz de callarse!.
Los presentes, que no éramos muchos, solo atinábamos a mirarnos a los ojos, perplejos.
Pocas semanas después, el viajero fue llamado a la casa de los Naranjo - Verdecia y recibió algo inesperado, un sobre con poco más de 200 pesos en Moneda Nacional.
Entonces le brotaron lágrimas de los ojos, nunca había visto tanta ¨plata¨ junta, corrió hacia la terminal de trenes, es para mamá, dijo.
Fue un parto de leyenda, promisorio para la Orquesta y no imaginado por aquel joven que soñaba ser músico de la Original, lo habían admitido.
Sucedió porque felizmente aún estaban vivos e influían en el grupo los patriarcas Wilbia y Wilfredo.
Su actuar leal cuando se negó a sumarse a quienes intentaron hacer música en la OM mientras su director se debatía entre la vida y la muerte como resultado de un lamentable accidente de tránsito, quedando día y noche en la puerta que lo separaba de la cama del moribundo, hubiera bastado para darle la razón a quienes apostaron por él.
Devino el sortilegio y luego el enjambre de temas que se han convertido en antológicos en la música popular bailable cubana. Cualquiera de ellos pudiera ser tomado como botón de muestra para inmotarlizar y deshacer el añejo apotegma de ¨Nadie es profeta en su tierra¨.
El camaronero, Mi sombrero de Yarey, Soy cubano, soy de Oriente, La cena del familión, La Guagua, Vía libre que viene la Original, Guayabitas del Pinar. El barrendero, La última, Buscando mi pareja, Guardían del Caribe, Que será de los hombres sin mujeres, Sarría, Me lo llevaron to´, A la hora que me llamen voy, por solo citar algunos.
Ningún compositor, tampoco agrupación musical alguna de la ínsula, o más allá, ha colocado a lo largo de la historia tantos hits musicales consecutivos en tan breve tiempo. ¡Ni el mismísimo Formell, con sus Van Van!
Pero la mayor parte de los integrantes de la OM, en su inmensa mayoría modestos instrumentistas, no estaban preparados para el gran suceso mediático y de público que sobrevino con las gigantescas masas atraídas en cada presentación por la espectacular y menuda figura del mágico improvisador sanluisero.
El muchacho captó igualmente la atención de los principales críticos de música del país y de la meca de los salseros o soneros locales y foráneos.
¨Pachy¨ y Fabré en solo dos lustros hicieron un dúo compositor-arreglista quimérico, uno era el complemento del otro.
Como personas también los unió la humildad y la decencia a pesar de que sus cunas fueron totalmente distintas.
El fenómeno musical protagonizado entre 1983 – 1993 por la Original y Fabré, suceso del que formó parte el talento de Froilán Reyes, Bury, entonces primer violín y también orquestador de la OM, todavía no ha sido abordado suficientemente por musicólogos y realizadores de musicales en medios audiovisuales..
Esa ruptura que no tuvo el tino de ser atajada y evitada por quienes tenían influencia territorial de cualquier tipo sobre el colectivo, nunca debió suceder, pudo abortarse.
Fue un triunfo de valores sórdidos que truncaron un altísimo momento de la música popular nacional.
En esa etapa segunda y más importante etapa, la Original de Manzanillo fue el rompehielos que sacó de la inercia al mundo de la música popular cubana, al ofrecer un producto distinto y genuinamente autóctono, del que muchos quedamos con sed.
La tercera época sobrevino al apagarse las luces de los patriarcas, y ¨el negro irse pa´el monte¨, parafraseando al autor de poco divulgado tema.
En el período actual la OM navega de manera estable y con la dignidad que le da una jerarquía de nueve lustros entre lo más decoroso del pentagrama de la música popular cubana y mantiene un muy distinguido reconocimiento nacional e internacional.
Ellos han realizado una faena titánica, desde la llanura del Cauto impusieron ante el mundo la gracia de su música, la defensa de los valores culturales de su terruño, la humildad y decencia de su pequeño gran director y la simpatía natural de algunos de sus miembros en diferentes momentos.
El haber encauzado e inducido sin insolencias a su grupo fidelidad a la tierra y subordinar el lápiz al nivel del capital profesional bajo su batuta, logrando un empaste sonoro autóctono y perfectamente reconocible por los medios de difusión y el gran soberano, es el principal mérito de su director quien aún está por entregar a Cuba lo mejor de su talento.
A 45 años de nacida, la Original de Manzanillo deshizo un proverbio y cumple la profecía de su primer nombre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Beny: Muy bueno tu artículo sobre "esa prenda querida" de los manzanilleros que es y será por muchos años La Original de Manzanillo. Me agrada mucho que hables del inefable José "Chiqui" Pérez Varona, quien detrás de Aguirre su primer Director, que seguro por un lapsus olvidaste; Chiqui fue alma, cara, figura y corazón de ella, en tiempos también difíciles.
Ahhh y ¡algo pal cieguito! ¿Recuerdas quién fue el armador de Pachi después de su lamentable accidente?...etequetaaquí. ja..
Te felicito.
CHEBO

Unknown dijo...

Benito muy buen trabajo. Ya lo había leído en los despachos de la AIN. Me resultó interesante la parte dedicada al binomio pachi-cándido, realmente fue abordado de forma muy sutil e imaginativa. Sería muy útil realizar un investigación sobre el tema y además que ambos volvieran a trabajar juntos. Me resultaron bastante atinadas sus reflexiones de no supieron enfrentar la fama, sin dudas no estaban preparados para seguir haciendo mejores cosas. Hoy ambos trabajan y hacen su música pero aquel tiempo es mejor recordado. Le sugiero investigue más sobre ese tema. Saludos de Yunior García.