11.29.2008

Cuba Estados Unidos: Mesa a punto, sobra menú

El encuentro tiene un presumible lugar y día: Guantánamo y viernes, el año puede ser 2009. Raúl pudiera regalar la bandera de EE.UU en Guantánamo Bay. Y Obama que obsequiaría...?
Por: Benito Joaquín Milanés
La mesa está a punto, sobra menú, es lo que infiero tras leer varias veces el reciente diálogo de siete horas entre el presidente Raúl Castro Ruz, y el actor estadounidense Sean Penn, publicado en primicia por The Nation, en inglés y Cubadebate en español.
Raúl Castro fue más preciso en la tercera ocasión en que abordó el asunto: ¨… podríamos encontrarnos en Guantánamo. Tenemos que encontrarnos y empezar a resolver nuestros problemas…¨
La primera vez había dicho: ¨…estamos dispuestos a discutir sobre nuestras relaciones con Estados Unidos de igual a igual…¨.
El presidente cubano le reveló a Penn que desde hace más de dos lustros militares cubanos y estadounidenses participaban de conjunto en maniobras de respuesta a emergencias en las inmediaciones de la Bahía de Guantánamo.
También que Cuba y Estados Unidos habían desarrollado desde la presidencia de Clinton, y durante los dos mandatos de George W. Bush, casi 160 reuniones con la participación, incluso, de altos funcionarios de Washington – Departamento de Estado- y La Habana.
El nombre de los altos cargos gubernamentales a esos encuentros no fueron revelados, pero el mandatario cubano dijo que se realizaban en sedes alternas los terceros viernes de cada mes.
Con esos antecedentes si B. Obama definiera pronunciarse positivamente acerca de un encuentro con Raúl Castro Ruz para empezar a resolver el histórico y excesivo diferendo entre Cuba y Estados Unidos, tendría poco que perder.
Posee un pretexto puesto al alcance de su mano por quienes le antecedieron, ellos – Clinton y Bush- permitieron lejos de cualquier juicio público, cierto coqueteo de diálogo con La Habana.
A Obama correspondería ampliarlos y profundizarlos hasta donde sea capaz, o lo deje el verdadero sistema de poder norteamericano.
De esa manera, continuaría dando pasos sólidos en la historia de su país y como presidente, extendería su cadena de decisiones ¨casi perfectas¨, como dijera el senador Joe Lieberman al referirse a los tinos del electo 44 presidente de Estados Unidos.
Barak Obama solo tendría que ser consecuente con sus pronunciamientos públicos respecto al tema Cuba.
A fin de cuentas, su suerte está echada y en el peor de los sentidos – y me refiero al fantasma de un posible magnicidio- , la historia norteamericana es implacable.¡Quiera Dios que esta vez se equivoque!
Guantánamo Bay ya está propuesto como escenario. Un tercer viernes de cualquier mes pudiera ser el día, asumo quiso decir Raúl a Sean Penn, a quien reveló una fineza cubana para llevar a la mesa: el pabellón de los Estados Unidos que ondea en Guantánamo Bay.
El año obvio para Estados Unidos es el 2009. Los gigantes de China, Rusia y Brasil –ya no es solo Venezuela- han fortalecido su trabajo a bordo del ¨portaaviones¨ anclado en la llave de las Américas, donde la Unión Europea comienza a ascender con celeridad por la escalerilla de estribor.
Pudiera ser para EE.UU el ahora o nunca de coger cupo civilizadamente en un camarote de lujo.
Sus políticas hacia Cuba de casi medio siglo han fracasado y hoy constituyen un lastre de mucho peso internacional para cualquier presidente de esa gran nación.
Faltarían la fecha, hora y el regalo de Obama para intercambiar. La Mesa está a punto, el menú sobra, es tan ampliamente conocido que por razones obvias no haré referencias a él.

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