11.26.2008

¡Ojo pinta!


Por: Benito Joaquín Milanés

¡Ojo pinta! Así rezan las alertas más sencillas para prevenir al transeúnte de brochazos recientes capaces de arruinar sus indumentarias, esa misma hipérbola pudiera servir de alerta a los pueblos y movimientos sociales de todos los confines del universo en momentos de convites encumbrados, convocados con el pretexto de resolver añejos y definitivos problemas globales.
El color de la huella sería el mismo, el del capitalismo despiadado al que se le intenta insuflar oxígeno a pesar de su agónico pataleo demostrado en las actuales e irreversibles crisis financiera, alimentaria, medioambiental y de gobernabilidad en que se encuentra sumido.
A tal atolladero ha llegado el planeta debido a esquizofrénicas políticas de mercado estimuladas por las grandes potencias encabezadas por los Estados Unidos, y las gulas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y de los megaimperios financieros.
Una ojeada simple a los documentos finales de la XVI Cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico, de Lima, Perú, o de la también acción mediática llamada Cumbre Financiera del denominado G 20, de Washington, demuestra que la ¨ruta salvadora¨ actual trazada para el capitalismo, pasa obligatoriamente por el agonizado neoliberalismo y desemboca en el Libre Mercado.
Es decir, los estrategas ¨redentores¨ de las actuales crisis acomodan las cosas para que los países subdesarrollados ¨ …desempeñen el papel de productores de las materias primas baratas requeridas por las grandes inversiones, que serán en todo caso propiedad extranjera con plenas garantías contra veleidades nacionalizadoras…¨, según alertó al respecto recientemente el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
A los humildes ciudadanos del mundo ¨…no les quedaría más que las manos extendidas esperando el piadoso apoyo al desarrollo, y una eterna deuda a pagar con el sudor de sus hijos. ¿No es acaso lo mismo que ha ocurrido hasta hoy?, vaticinaba en el mismo texto aludido el compañero Fidel.
Si aún existiera alguna interrogante respecto a la intención de las grandes potencias, para nada ocultos, recordemos la celeridad de los proyectos de los encumbrados adalides del capitalismo.
En los días iniciales de enero entrante el presidente francés Nicolas Sarkozy, quien evidentemente pretende heredar para mal de su país el ropaje del tristemente célebre mandatario saliente George W. Bush, organizará una reunión Cumbre Internacional que discutirá el tema: Nuevo mundo, nuevo capitalismo.
Tony Blair, expremier británico y delfín de las políticas ¨bushianas¨, y los think tank Joseph Stiglitz y Francis Fukuyama serán coanfitriones de ese convite de invierno en Paris.
Como en Washington y en Lima, la cita en la gran ciudad a orillas del río Sena, servirá para – utilizando la jerga mejicana- mover a ¨ las viejas ¨; la mezcla de los vinos Chardonnay ¨Damaris¨ reserva de 2006, cabernet ¨Hillside Selección¨ de 2003 o Chandon Étoile Rosé, sí de algo ayuda, es a enturbiar las mentes y a partir hacia el cumplimiento de obligaciones conyugales, no a paliar crisis irreversibles.
Se trata de que unos pocos insisten en la imposición de fórmulas vencidas y probadamente no efectivas a los pueblos de los países subdesarrollados, que constituyen la inmensa mayoría del planeta. ¿Quién delegó en los ricos a efectuar tales convocatorias? ¿Porqué los problemas de este mundo, donde definitivamente vivimos todos y nos afectan por igual, no intentamos resolverlos en conjunto?
Los pueblos de los países desarrollados y los movimientos sociales están en la necesidad de continuar alertas y de multiplicar sus denuncias en medio de tantas encumbradas reuniones que no los tienen en cuenta, y que solo buscan alargar en unos pocos años de vida al moribundo sistema capitalista, que entre sus ¨logros¨ exhibe a más de 923 millones de personas hambrientas en todo el mundo y el riesgo de exterminar la vida humana en el planeta con guerras de conquistas y la contaminación del medio ambiente.

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