Por: Benito Joaquín Milanés
benitojm.blogspot.com
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Foto: Tomada de Cubavisión Internacional
Cuando la noche del miércoles 27 de junio del año 2012 desde el emblemático gran reloj de Westminster, se marque la hora del inicio de los XXX Juegos Olímpicos, Londres estará obligado a mostrar su modestia.
Tendrá que ser así porque la República Popular China ha dado poco margen para aventajarla en lo organizativo, y en resultados deportivos, demostrando al mundo el gran poder unificador del deporte.
En Bejing participaron 204 naciones, el 46.6 por ciento de los países asistentes obtuvieron alguna medalla, se implantaron 43 récords mundiales, 132 récords olímpicos, y se efectuaron más de 4500 controles antidopaje, solo cuatro positivos hasta el momento de redactar estas líneas.
De lo organizativo el propio Jaques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional, COI, dijo oficialmente de los juegos: "verdaderamente excepcionales¨.
Londres, como sede los XXX Juegos Olímpicos, no debería tratar de aventajar a los chinos, solo ellos mismos podrían superarse.
Las muestras plásticas y coreográficas de pulcra belleza y elegancia expuestas en las históricas ceremonias de apertura y clausura, no solo maravillaron por las exposiciones de la milenaria cultura china, sino que asombraron por las imaginerías de las acciones conceptual y técnicamente posmodernistas y futuristas.
Todo concebido íntegramente por herederos de una de las más avanzadas civilizaciones nacidas antes de la era cristiana, dentro de una megainversión de imágen, que comenzará a influir favorablemente de inmediato en la opinión pública mundial, que comienza a entender mejor lo que verdaderamente está sucediendo en China bajo la guía del Partido Comunista.
Por tanto, la capital del Reino Unido, tendrá que ser obligadamente modesta, y no le bastará con exhibir sus muchos y variados íconos musicales, o Wembley, Buckingham Palace, Wimbledon, Abbey Road, o el mismísimo Stonehenge, entre otros.
Así parece haberlo reconocido también Boris Johnson, Alcalde de Londres, cuando reveló que los Juegos Olímpicos del año 2012 ¨serán íntimos, aunque llenos de imaginación, astucia e ingenuidad".
Pero Londres tiene en sus manos recibir la gracia de los dioses del olimpo, y de la humanidad, si y solo sí, decide que sus soldados ubicados fuera de las fronteras nacionales, participen desde los cimientos, en las actuales construcciones de las instalaciones olímpicas, y hace verdaderas contribuciones a cese de las guerras que tienen en riesgo a la especie humana.
Talento y virtud le sobran a quienes habitan las regiones de Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte, y de Gales, para conseguir ese objetivo.
Londres deberá ser modesto, no tiene otra alternativa.
Tendrá que ser así porque la República Popular China ha dado poco margen para aventajarla en lo organizativo, y en resultados deportivos, demostrando al mundo el gran poder unificador del deporte.
En Bejing participaron 204 naciones, el 46.6 por ciento de los países asistentes obtuvieron alguna medalla, se implantaron 43 récords mundiales, 132 récords olímpicos, y se efectuaron más de 4500 controles antidopaje, solo cuatro positivos hasta el momento de redactar estas líneas.
De lo organizativo el propio Jaques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional, COI, dijo oficialmente de los juegos: "verdaderamente excepcionales¨.
Londres, como sede los XXX Juegos Olímpicos, no debería tratar de aventajar a los chinos, solo ellos mismos podrían superarse.
Las muestras plásticas y coreográficas de pulcra belleza y elegancia expuestas en las históricas ceremonias de apertura y clausura, no solo maravillaron por las exposiciones de la milenaria cultura china, sino que asombraron por las imaginerías de las acciones conceptual y técnicamente posmodernistas y futuristas.
Todo concebido íntegramente por herederos de una de las más avanzadas civilizaciones nacidas antes de la era cristiana, dentro de una megainversión de imágen, que comenzará a influir favorablemente de inmediato en la opinión pública mundial, que comienza a entender mejor lo que verdaderamente está sucediendo en China bajo la guía del Partido Comunista.
Por tanto, la capital del Reino Unido, tendrá que ser obligadamente modesta, y no le bastará con exhibir sus muchos y variados íconos musicales, o Wembley, Buckingham Palace, Wimbledon, Abbey Road, o el mismísimo Stonehenge, entre otros.
Así parece haberlo reconocido también Boris Johnson, Alcalde de Londres, cuando reveló que los Juegos Olímpicos del año 2012 ¨serán íntimos, aunque llenos de imaginación, astucia e ingenuidad".
Pero Londres tiene en sus manos recibir la gracia de los dioses del olimpo, y de la humanidad, si y solo sí, decide que sus soldados ubicados fuera de las fronteras nacionales, participen desde los cimientos, en las actuales construcciones de las instalaciones olímpicas, y hace verdaderas contribuciones a cese de las guerras que tienen en riesgo a la especie humana.
Talento y virtud le sobran a quienes habitan las regiones de Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte, y de Gales, para conseguir ese objetivo.
Londres deberá ser modesto, no tiene otra alternativa.
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