
Por: Benito Joaquin Milanés
(Publicado 14 11 2005)
El juego se presentaba cómodo para los anfitriones del ilustre encuentro, el de más alcurnia de los programados en el polivalente y engalanado edificio preparado especialmente para el cumpleaños sesenta de la organización que alberga.
Sumisión, cautela, ambigüedades, lagrimeos, retóricas, temor y miedo predominaban en quienes ocuparon hasta entonces el montículo, de ahí que a la mitad del partido hasta los periodistas prefirieran la animación reinante en las largas filas de controles de seguridad, que los bostezos en la sala de prensa.
Tal era la inercia que nadie presintió la irrupción en el gran techado de un zurdo nacido en Sabaneta, Estado de Barinas, Venezuela, hace 51 años, un mes y días cuyos lanzamientos alcanzan hoy tanta velocidad que resultan indescifrables, lava volcánica, hasta para aquellos que tienen en sus manos la mejor y más moderna tecnología de entrenamientos de cualquier tipo.
A mi humilde juicio este jugador de la liga de las grandes mayorías elevó su estatura ante tan regio y selecto público, a la mayor alcanzada por cualquier estadista. Digno, sobrio, elegante – que manera más linda de lanzar ese querer decir porqué yo no puedo demorarme en el box y el ¨dueño¨ sí -, en fin, valiente en cada lanzamiento.
Por su soberbia demostración de coraje recibió la gran ovación al concluir su faena.
Que orgullosa se hubiera sentido su abuela Rosa Inés al verle encumbrarse definitivamente para la historia !Hugo Rafael guapo ahí....que carajo, la ONU hoy verdad que no sirve !
(Publicado 14 11 2005)
El juego se presentaba cómodo para los anfitriones del ilustre encuentro, el de más alcurnia de los programados en el polivalente y engalanado edificio preparado especialmente para el cumpleaños sesenta de la organización que alberga.
Sumisión, cautela, ambigüedades, lagrimeos, retóricas, temor y miedo predominaban en quienes ocuparon hasta entonces el montículo, de ahí que a la mitad del partido hasta los periodistas prefirieran la animación reinante en las largas filas de controles de seguridad, que los bostezos en la sala de prensa.
Tal era la inercia que nadie presintió la irrupción en el gran techado de un zurdo nacido en Sabaneta, Estado de Barinas, Venezuela, hace 51 años, un mes y días cuyos lanzamientos alcanzan hoy tanta velocidad que resultan indescifrables, lava volcánica, hasta para aquellos que tienen en sus manos la mejor y más moderna tecnología de entrenamientos de cualquier tipo.
A mi humilde juicio este jugador de la liga de las grandes mayorías elevó su estatura ante tan regio y selecto público, a la mayor alcanzada por cualquier estadista. Digno, sobrio, elegante – que manera más linda de lanzar ese querer decir porqué yo no puedo demorarme en el box y el ¨dueño¨ sí -, en fin, valiente en cada lanzamiento.
Por su soberbia demostración de coraje recibió la gran ovación al concluir su faena.
Que orgullosa se hubiera sentido su abuela Rosa Inés al verle encumbrarse definitivamente para la historia !Hugo Rafael guapo ahí....que carajo, la ONU hoy verdad que no sirve !
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