10.12.2010

Pólvora mojada


Pareciera que los aguaceros caídos sobre la isla de Puerto Rico desde inicios de este mes, afectaron los leños y muñecas de los beisbolistas cubanos, cuyos bateadores están haciendo individualmente y por equipos, en el Premundial y Prepanamericano que concluye este miércoles en San Juan, una de las peores actuaciones que se recuerde, en eventos internacionales recientes.
En Cuba, millones de personas hemos quedado embaucados por esta selección desbordada de artillería de largo alcance, pero sin armas cortas para los combates en trincheras o cuerpo a cuerpo.
Por las imágenes vistas en el home play en unas transmisiones internacionales de TV pésimas y por estadísticas de bateo, alineaciones, tácticas y estrategias, la dirección de la selección cubana ha dejado mucho que desear, a pesar de haber logrado la clasificación hacia los dos torneos que disputaban plazas.
Pero no se trataba solo de eso, tampoco de lograr o no el título en el aludido torneo.
El béisbol cubano tiene que acabar de convencer y dar la respuesta debida a los esfuerzos y facilidades que en todos los sentidos dan las autoridades políticas del país, al llamado deporte pasión de los cubanos, por excelencia.
Para ello debe ganar o perder ante sus rivales, convenciendo de que somos en realidad un equipo de élite o que los rivales ganaron en buena lisa, no que el contrario fue menos malo que nosotros.
El público puertorriqueño, que en cantidades irrisorias ha asistido a los estadios donde se han dirimido los encuentros, ha estado muy lejos de ver aquel equipo Cuba que colmó y provocó sus vítores durante el I Clásico Mundial de Béisbol
También por las decisiones de su Estado Mayor, que ha puesto a veces el entandarte nacional a merced de las novenas contrarias, por decisiones que solo responden a palpitos arrítmicos del músculo cardíaco de un cuerpo técnico, no convincente, una vez más..
No puede ser casual que casi toda las principales unidades artilleras cubanas: Despaigne, Céspedes, Gourriel, Cepeda, Abreu y el internacionalmente rentable Pestano, hayan tenido mojadas sus pólvoras.
Tanto los disparos de ellos, como el de muchos otros, fueron escalofriantemente intermitentes y en la inmensa mayoría de las veces, el percutor solo se sintió en la mascota del receptor contrario, incluso ante lanzadores sin aval.
¿Porqué ha temblado la mano de sentar al mismísimo Gourriel si está mal al bate, teniendo en el banco a Michel, que no jugó en los cinco partidos anteriores al de este martes?
La Federación cubana de Béisbol, el manager designado y el cuerpo técnico, son los máximos responsables del comportamiento de los atletas en todos sentidos y deben llamarse y ser convocados, una vez más, a la crítica y autocrítica más rigurosas.
Debe buscarse definitivamente la fórmula que contribuya a que la selección nacional mayor de pelota, se haga respetar ofensivamente en cada salida internacional al diamante, no solo por su historia. Nuestros más grandes boxeadores lo hacían, apenas subían al ring, definían el pleito. Con pólvora mojada, no se ganan combates.

1 comentario:

Unknown dijo...

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