4.04.2010

¨ Se llama Segunda Cita porque hice un primer disco que se llamó Cita con ángeles…¨¨

Conferencia de Prensa de SILVIO RODRIGUEZ, en Casa de Las Américas, el día de presentación de su disco más reciente:
http://www.cubadebate.cu/especiales/2010/03/27/segunda-cita-con-silvio-videos-fotos-letras-y-demasiado/

- Hay canciones que piden y canciones que ofrecen. Toma intenta ser de las que dan.

TOMA (2008)

Toma fecha, toma hora toma sitio, toma sí.
Toma ubicación para encontrarme aquí.
Toma ojos, toma manos, toma cuerdas, toma voz.

Toma excusa para convertirme en dios.
Toma el mínimo alimento

que se te ofrece una canción
aunque solo sea un momento
de emoción.
Toma lo que va naciendo
cuando cuanto, cuando doy.
Toma y ve como trasciendo
lo que soy;
Toma mundo, toma sueño, toma viento, toma mar.
Toma lo que no se deja gobernar.
Toma beso, toma abrigo, toma amor, toma amistad
y convierte en opresión la libertad.
Toma el mínimo alimento
que se te ofrece una canción
aunque solo sea un momento
de emoción.
Toma lo que va naciendo cuando cuanto, cuando doy.
Toma y ve como trasciendolo que soy.

- Los que gobiernan la información mediática trazan paisajes ideológicos. Dicen que la “guerra fría” quedó atrás, pero siguen usando sus mitos discriminatorios.
Tonada de albedrío empezó a tomar forma ante tergiversaciones del significado del sacrificio de Ernesto Guevara. Pero también tenía pendiente subrayar su idea, expresada en “El hombre y el socialismo en Cuba”, de que el socialismo no pretende intelectuales asalariados al pensamiento oficial.

TONADA DEL ALBEDRÍO (2007)
Dijo Guevara el hermoso,
viendo al África llorar:
que en el imperio mañoso
nunca se debe confiar.
Y dijo el Che legendario,
como sembrando una flor:
que al buen revolucionario
sólo lo mueve el amor.
Dijo Guevara el humano
que ningún intelectual
debe ser asalariado
del pensamiento oficial.
Debe dar tristeza y fríoser un hombre artificial,
cabeza sin albedrío,
corazón condicional.
Mínimamente soy mío,
ay, pedacito mortal.

- La primera canción que le escuché a Violeta Parra fue
La carta, que le dirigía a su hermano Roberto, injustamente preso. Desde entonces reconocí en ella un magisterio al que he tratado de rendir tributo de tres formas: queriendo su arte, a sus hijos y a su país. Lamento que en esta primera carta mía haya tenido que contarle algunas cosas tristes. Ojalá las próximas sean mejores.

CARTA A VIOLETA PARRA (2008)
Mi siempre amada Violeta Parra
supe por una nube tu dirección.
Te escribe una guitarra
se te recuerda con devoción,
sólo para cantarte, sí,
cómo va la cuestión.
Por aquí abajo huelgan las maravillas,
la costumbra deserta de la piedad.Reina la pesadilla
como suprema divinidad.
Ego, fama y dinero, sí,
bendita trinidad.
El afortunado
hace vista gorda
y el vilipendiado
carne de la horda.
Beso a Carmen Luisa,
novia del arcángel.
Quiero a la Chabela
y saludo al Ángel.
Las redes tejen muchos sueños para subastas;l
a sangre ajena es un efecto especial.
La dignidad se gasta
como la piedra filosofal.
El lucho y la codicia, sí,
forman la patronal.
Mi querida Violeta, mándame aéreos,
voces de tu Universo en evolución,
para usar tu misterio
contra las plagas del faraón,
para que me den fuerzas, sí,
y una buena canción.
El afortunado
hace vista gorda
y el vilipendiado
carne de la horda.
Beso a Carmen Luisa,
novia del arcángel.
Quiero a la Chabela
y saludo al Ángel.

- Hace veinte años tome un avión hacia México en el que sólo iba otro pasajero: Gabriel García Márquez. Volábamos por un cielo de pocos amigos y nos fuimos dando ánimos el uno al otro. Mi compañero de viaje me contó que a veces se le ocurrían pequeños argumentos que después no sabía dónde meterlos, y que quizás eran canciones. Había uno sobre una novia abandonada que llevaba a cuesta sus regalos de bodas.
San Petersburgo tiene de aquella historia inédita que tuve el privilegio de escucharle al gran escritor colombiano y, al mismo tiempo, es un tributo a la ciudad que habita el fantasma de Pushkin.

SAN PETERSBURGO (2008)
A Gabriel García Márquez
Sobre algún puente del delta del Neva,



la noche blanca cautiva y revela
cada suspiro de Elena.
Canta una troika con voz de abedules
y el as de espadas se bate entre nubes
para sus ojos azules.
San Petersburgo
juega al absurdo
con falsa claridad.
Y a quien no duermese le disuelve
la frágil realidad.
Sobre algún puente Elena soñaba,
y en el oscuro temblor de las aguas
una cigüeña volaba.
¿Qué hacen las aves
cuando no saben
la dirección del sur?
Buscando estío
surcan el frío
en alas del albur.
Sobre algún puente bordado de historias,
abandonada,
lloraba la novia
su blanca noche sin gloria.

- A César Portillo de la Luz lo conocí hace cuatro décadas. Por entonces lo perseguía por los bares nocturnos en que él cantaba. En la secuencia lo vi construir canciones con los interludios que improvisaba entre tema y tema. Él fue parte de mi ritual de iniciación y me alumbró con secretos del oficio de trovador con poca voz. Saber que la inmortal “Contigo en la distancia” la había compuesto el mismo año que yo había nacido fue algo que siempre me impactó. Odilio Urfé - pianista, musicólogo y persona inolvidable - llamaba a Portillo “el filósofo del bolero”. Demasiado se la dedico a César con mucha deuda y admiración.

DEMASIADO (2003)
(
http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2009/11/silvio-rodriguez-demasiado.mp3 )
A César Portillo de la Luz



Demasiado tiempo,
demasiada sed
para conformarnos
con un breve sorbo
la única vez.
Demasiada sombra,
demasiado sol
para encadenarnos
a una sola forma
y una sola voz.
Demasiadas bocas,
demasiada piel
para enamorarnos
de un mal gigantesco
y un ínfimo bien.
Demasiado espacio,
demasiado
que lo inmenso
quepa
en un destello
solo de la luz.
Demasiado polvo,
demasiada sal
para que la vida
no busque consuelo
en el más allá.
Demasiado nunca,
demasiado no
para tantas almas,
para tantos sueños,
para tanto amor.

Sea señora salió como un exabrupto. Es como un voto a la evolución política de Cuba, sin olvidar a dos pilares de nuestra historia.

SEA SEÑORA (2008)
Sea señora la que fue doncella.
Hágase libre lo que fue deber.
Profundícese el surco de la huella;
reverdézcanse sol, luna y estrellas
en esta tierra que me vio nacer.
A desencanto, opóngase deseo.
Superen la erre de revolución.
Restauren lo decrépito que veo,
pero déjenme el brazo de Maceo
y, para conducirlo, su razón.
Seguimos aspirantes de lo mismo
que todo niño quiere atesorar:
una mano apretada en el abismo,
la vida como único extremismo
y una pequeña luz para soñar.
Las fronteras son ansias sin coraje.
Quiero que conste de una vez aquí.
Cuando las alas se vuelven herrajes,
es hora de volver a hacer el viaje
a la semilla de José Martí.

- ”Nada hay más importante que un niño”, dijo José Martí.
El Gigante es una canción con esa idea.

EL GIGANTE (2008)
Un gigante,
cuando era infante,
lanzaba pedos
que daban miedo.
Y aquel bellaco
a un gran saco
fue traspuesto,
por molesto.
El gigante,
porque era infante,
gritó tan duro
que hasta el futuro
llegó su queja,
cierta y vieja
como un viento
descontento.
No se sabe si al fin la grey
supo tratar gigantes
poco elegantes,
pero de ley.
Dale a tu niño besos,
pues para eso
nos llora el rey.

- En 2008 los cambios climáticos castigaron el Caribe. En Cuba tuvimos ocho muertes, mas de 100 mil viviendas destruidas, muchas cosechas arrasadas, miles de millones en pérdidas. Después de tres ciclones y choqueados por los desastres, sobre nuestra isla parecía flotar un mal presagio.
Huracán fue la música que me regaló una tarde oscura en que creí escuchar el saxofón de - -- Charles Lloys. Después se lo conté a Robertico Carcassés y el llevó al estudio al estremecedor José Carlos Acosta.

HURACÁN (2008)
A Chárles Lloydy a José Carlos Acosta



Huracán huracán
que te llevas el mundo al volar
huracán huracán
que conviertes mi huerto
en campo desierto
huracán
Huracán huracán
encadena tu ferocidad
huracán huracán
y no sueltes
hasta que la muerte
sea culta en piedad
Huracán sobra bien
no arrebates salud
y no mires a quien
si es que llueves virtud
Huracán huracán
necesito tratarte y quedar
huracán no atormentes mi sol
demasiados celajes oscuros
soporta el amor
Huracán sobra bien
no arrebates salud
y no mires a quien
si es que llueves virtud
Huracán huracán
repasando de nuevo el hogar
huracán si te veo volver
no tendré otra elección
que afrontarte y vencer
huracán

- Aunque parece una plegaria a un pasado glorioso.
Bendita (o Yo fui una vez) fue compuesta para el documental “Mujeres de la guerrilla”, de Consuelo Elba, que narra el azaroso devenir de algunas de las mujeres que participaron en las luchas revolucionarias de la Sierra Maestra.

BENDITA (YO FUI UNA VEZ) (2006)
A Consuelo Elba y sus compañeras serranas



Yo fui una vez al monte
yo fui una vez al cielo
yo fui una vez sinsonte
yo fui una vez lo nuevo.
Lo nuevo
sinsonte
el cielo
y monte
Bendita, bendita aquella vez
Yo fui una vez la fuente
yo fui una vez ventana
yo fui una vez simiente
yo fui una vez lo mañana.
Mañana
simiente
ventana
y fuente
Bendita, bendita aquella vez
A la patrona yo le pediré en la ermita
Bendita, bendita aquella vez
que nos libere del bloqueo y de los trogloditas
Bendita, bendita aquella vez
que la salida y las entradas sean expeditas
Bendita, bendita aquella vez
para que la existencia de los hijos sea bonita
Bendita, bendita aquella vez
y que opinar deja de ser jugar con dinamita
Bendita, bendita aquella vez
a ver si la fraternidad humana resucita
Bendita, bendita aquella vez
a ver si al final la lucidez del alma nos visita
Bendita, bendita aquella vez
y llegue la oportunidad de ser cosmopolitas
dime Cachita

- Desde cita con ángeles, compuesto entre el 11 de septiembre de 2001 y la agresión de Irak en 2003, me esperaban las citas de los ángeles de mi tierra… Cuba, como Prometeo, desafió los designios olímpicos entregados al fuego de los mortales. Pero nuestra luz reveladora también nos otorgó la responsabilidad de convertirnos en nuestros propios serafines. Por eso
Segunda cita es la historia del ser piadoso que algunos llevamos dentro. Y por ser - como somos - portentos pretendidos, nuestros atributos pueden resultar más entusiastas que eficaces. Ni más ni menos que con los ángeles presuntamente verdaderos de la primera cita.

SEGUNDA CITA (2007)
Quisiera enmendar los comienzos
de todas las brumas.
Quisiera empezar cada lienzo
con mejor fortuna.
Quisiera pegarme unas alas
y en una cornisa
soplar una dulce balada
que esparza la brisa.
Quisiera viajar al pasado
de cierta muchacha
que andaba de noche El Vedado,
liviana y borracha.
Quisiera posarme en su vida
para convencerla,
para que con menos heridas
hoy pudiera verla.
El dolor que no curen los ángeles
ojalá que no pueda volver.
La canción que no canten los ángeles
sólo el viento la puede saber.
Quisiera ir al punto naciente
de aquella ofensiva
que hundió con un cuño impotente
tanta iniciativa.
Quisiera ir allí con las cruces
del tiempo perdido
y hacer un camino de luces,
sin odio ni olvido.
El dolor que no curen los ángeles
ojalá que no pueda volver.
La canción que no canten los ángeles
sólo el viento la puede saber.
Quisiera dar vuelta a la rueda
que para en lo mismo:
un simple mortal que se juega
abismo y abismo.
Y, antes de darle al perchero
mis alas de atrezo,
quisiera dejar como fuero
certeza y progreso.
El dolor que no curen los ángeles
ojalá que no pueda volver.
La canción que no canten los ángeles
sólo el viento la puede saber.

- Cuando yo nací, las calles de San Antonio de los Baños llevaban nombres de patriotas. Nunca supe por qué alrededor de 1970 los sustituyeron por números arábigos. Poco después, refiriéndome a mi habanero barrio de San Leopoldo, escribí un verso que decía: “la ciudad se derrumba y yo contando”. Todavía era la infamia de las ruinas que llegaron a ser mi pueblo natal y Centrohabana… El coro de esta canción alude a un tiempo en que lo prístino respiraba y corría. Era la estación primigenia donde lo que hoy llamamos originario tenía que lugar para existir. Suerte y características consiguieron que algunas almas lograran superar el olvido. Sus huellas bordaron una bandera. Bajo ese emblema todav{ia marca lo reconocible del pasado, como una suerte de pelotón fantasma que va engordando con lo que sobrevive de cada era. Autores selectos se suman a la columna espectral que algunos llaman tradición. La regla de ingreso a esa memoria es convertirse en
Trovador Antiguo.

TROVADOR ANTIGUO (2008)



Sin brillantes conclusiones
ni versículos de fuego
sin palabras que hagan juego
con grandes decoraciones;
sin humos o presunciones,
más bien con talante exiguo
me declaro trovador antiguo.
Soy de donde los patriotas
daban nombres a las calles.
Soy de un río, soy de un valle
y de una familia rota.
soy de un pueblo en bancarrota,
de un San Antonio fiestero
donde hoy sólo el viento sopla entero.
El nuevo trovador antiguo
se acerca a la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.
También nací en Centrohabana,
rumba de supervivencia,
son de perdida inocencia
en clamor de pena urbana;
venerable afrocubana
de existencia fabulosa,
hembra sobrenatural y diosa.
Recorriendo sus esquinas
vuelvo a sentir la fragancia
de una calle de mi infancia
barrial y capitalina:
San Miguel, ángel en ruinas
de inmaculada bandera,
luz vitral de mi canción primera.
El nuevo trovador antiguo
se alinea con la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;la miniatura, el amor.
Ahora soy de la memoria,
ahora pertenezco al viento;
otro dirá en su momento
si fui más pena que gloria.
Lo que fue nuevo es historia
y lo que nace alza vuelo
con el sueño de tocar el cielo.
Partero fui de un futuro
escurridizo, inasible,
seguramente posible
si no le ponemos muros.
El amor es el más puro
néctar contra la tristeza.
Bienvenida su naturaleza.
El nuevo trovador antiguo
se alinea con la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.

- En el cementerio protestante de Roma hay una sepultura en que se lee: “Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en el agua”. Es el epitafio que se hizo a si mismo John Keats, poeta que vivió 26 años. Su texto lapidario inspiró
Dibujo en el agua.

DIBUJO EN EL AGUA (2009)



Me dibujó en el agua,
me imaginó y me creó,
Me dibujó en el agua
me despertó y me olvidó.
Me dibujó en el agua
con un creyón turquí,
pero miraba lejos
cuando sonreí.
Me dibujó en el agua
con ademán casual
y desde entonces fluyó
disuelto en el cristal.
Soy dibujó en el agua,
que imaginó y que creó.
Soy dibujó en el agua
que despertó y que olvidó.
Soy un dibujo en el agua,
sólo un dibujo en el agua.



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