Amado, el decano de JR

Foto: Benito Joaquín Milanés
El diario de la Juventud Cubana, arriba a su nuevo cumpleaños con un nuevo decano; llegó en 1970 desde el Golfo de Guacanayabo, con olor a lizetas, mariscos, cerdo asado y ron Pinilla e incluyendo entre sus trastos un cartucho de chicharrones. Amado Rafael de la Rosa Labrada, es su nombre.
Tal herencia la obtuvo, tras el paso franqueado por el septuagenario y aún dinámico Pedrito Herrera y en pleno apogeo de sus actuales y legales avatares constructivos, que enfrenta desde hace casi un lustro, de los cuales se están perdiendo los acérrimos de las columnas del fraterno Pepe Alejandro, aseguró nostálgico, entre bocanadas de un puro hecho especialmente a él, por José Castelar Cairo –Cueto-, el multirecordista mundial en confección de mega habanos.Así lo quiso el destino, para ese carismático usufructuario de las ricas tradiciones culturales de su terruño, Manzanillo, que suma sesenta y tres años y varias semanas en el cuenta millas de la vida.
Aquel año en que Formell creó a los Van-Van, se alistaron igualmente en JR, Soledad Cruz y los también inextinguibles, Elsie Carbó y Juan Moreno, entre otros. Con esos tres nombres que le sucedieron, inmediatamente después de su aterrizaje en tan juvenil diario, no alcanzó pergamino de controvertible, durante su reparto.Las llanuras de la antigua provincia de Camaguey, Holguín, las riberas del Cauto, las zonas intramontanas más inhóspitas, elevadas e importantes del país, entre otros parajes, han sido testigos del paso de este otrora corresponsal y actual reportero del Semanario Opciones, que también encabeza el Círculo de Periodista de Transporte, de la Unión de Periodistas de Cuba.Recuerdo, que llegó a la capital nacional, pasados los ecos del can que decía palabras en el idioma de Cervantes, en las cercanías del lejano Gran Tierra, Baracoa, a decir de la entonces corresponsal en Guantánamo, Arleen Rodríguez Derivet y cuando esa colega dirigía JR.
También años después, de consumar el timo que le permitió deshacerse –temporalmente- de uno de sus hechizos, que le acompaña como fantasma.En esa oportunidad y en aparente gesto magnánimo, había persuadido a un amigo y colega, para que aceptara la invitación de su recién estrenada novia habanera, aseverándole que Campo Florido, era un muy hermoso edificio con un amplio jardín, del municipio Plaza de la Revolución.
¡Lejos había estado aquel muchacho, de imaginar, que con tal ardid, lo habían despachado a La Habana, a manera de explorador de avanzada!Debido a tal engaño, el actual nuevo decano, adquirió del embaucado, un maleficio, que le imposibilita permanecer muchos días consecutivos, junto a las grandes avenidas y al paisaje capitalino y a residir de por vida, en las riberas del aún contaminado, Río Almendares.
Tal sortilegio, lo obliga a dotarse permanentemente de pretextos, para viajar a sus orígenes: tomarse la presión, arreglarse la dentadura postiza, asistir a un velorio o a un recital de la Original o de la Banda de Cándido Fabré.
Igualmente, a realizar visitas y llamadas telefónicas extemporáneas, para contar las más recientes novedades manzanilleras: la cantidad de personas que fueron al entierro de fulano, el número a que ascendieron los salideros de agua del nuevo acueducto local, la programación de apagones en aquellos barrios, hasta los titulares del noticiario de Radio Granma.Chabela, su jefa y editora, tampoco Felina, su esforzada y tolerante esposa, no han logrado antídoto contra esa hechicería que le acompaña en la tercera edad, junto a sus berrinches e inoportunos lentes de contacto.Este decano, disfruta de un amplio reconocimiento entre sus colegas, sobre todo, por su profesionalismo, calidad humana y revolucionaria. Ese credo, se ha evidenciado en las diferentes responsabilidades delegadas a él en el Partido y otras organizaciones a nivel de base en JR.
Estudiantes y muchos de los catedráticos de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana, se están privando, lastimosamente, de sus experiencias y gran oficio, en la elaboración de noticias y en el retomado diarismo.Así es, Amado, el nuevo decano de Juventud Rebelde.