Nelson, 2010 con mentalidad de becado

Fotos: Ferval
Nelson Domínguez, Premio Nacional de Artes Plásticas de Cuba en el año que termina, augura seguir sin privacidad y con una casi tumultuaria vida social, durante 2010, me adelantó.
Será así, porque no le molesta que alguien este presente mientras creo cualquiera de mis laboreos, gusto de las improvisaciones y los temas me llegan a manera de corceles volados; por tanto, los cabalgo y no desprecio nada, emprendo y pospongo, tal como hacen los becados.
En vísperas de recibir en gala solemne uno de los premios más importantes de su larga carrera artística, quien también posee la Distinción por la Cultura Nacional y la Orden Alejo Carpentier, entre otros muchos lauros cubanos y extranjeros, hizo otra revelación exclusiva a mi blog: Terminé La catársis del juego.
Sucedió hace unos días y es mi última gran obra de 2009, tiene unas dimensiones de 2 x 3 metros y fue realizada con técnica mixta sobre tela; como ven, está reposando aquí en mi estudio – galería, de la Calle de los Oficios, en las inmediaciones de la Plaza de San Francisco de Asís, dijo sonriente, mientras degustaba un habano.
Un raro, pero distinguido hechizo, un muy singular y extraño desenfreno de su agudo miramiento afrocubano, predominan en esa obra, que pone fin a una serie de trabajos realizados con el tema conceptual que aborda, observamos.
A sus amigos, colegas, prensa, especialistas y público en general; también a quienes no gustan de su obra artística, deseó lo mejor, en vísperas del año 51 del Triunfo de la Revolución.
Nelson Domínguez (Baire, Sierra Maestra, 1947), es ejemplo vivo de que el talento artístico excepcional, no solo resulta patrimonio de los nacidos en las grandes ciudades o en cunas de lujo, cuando voluntad y vocación son encauzadas con real prestancia política.