Cuba amenaza un Sol

Yosvany Peraza, Rolando Meriño, Alexander Mayeta, Joan Carlos Pedroso, Yulieski Gourriel, Frederich Cepeda, Alfredo Despaigne, Yohenis Céspedes, Michel Enríquez, Leslie Anderson y Ariel Pestano, el noventa por ciento de la artillería del seleccionado cubano de béisbol al II Clásico Mundial de ese deporte, tiene en su conjunto poder de fuego suficiente para pulverizar los muros del Foro Sol de Ciudad de México, anfitrión de un eslabón de ese megaevento.
Serán alucinaciones, una tras otra en el home play, para cualquier lanzador por muy grande Grandes Ligas que sea.
Entre todos han mandado más allá de las cerca de estadios cubanos y foráneos, tantas pelotas que casi no cabrían en la bodega de un buque granelero.
Dudo mucho que otro equipo de cualquier país a presentarse en el II Clásico logre sumar en su nómina toleteros de tanto poder destructivo y velocidad.
A Gourriel, Despaigne, Céspedes, Michel Enríquez y Leslie Anderson, deben sumársele Héctor Olivera, Leonys Martín Luis Miguel Nava, Meriño y Paret, estos dos últimos y pese a sus respectivas edades, también felinos recorriendo almohadillas.
La segunda sección de gradas de nuestro Latinoamericano o el techo del Guillermon Moncada, están más lejos que las murallas del Foro Sol, y los mencionados han rechazado pelotas hasta allá a cualquier lanzador que han tenido enfrente.
Pedro Luis Lazo, Norge Luis Vera, Aroldis Chapman, Yunieski Maya, Norberto González, Luis Miguel Rodríguez, Yulieski González, Ciro Silvino Licea, Danny Betancourt, Miguel Lahera, Vladimir García, Yolexis Ulacia e Ismel Jiménez, tendrán más fácil el trabajo para el cual están plenamente capacitados y por lo cual han tomado el avión.
En el DF estará procedente de La Habana una artillería indómita de máximo calibre que pondrá en peligro desde el 8 de marzo próximo la reciedumbre y el glamour del mexicano Sol.